Escritos de: Leocadio Ernesto Peña Viloria. Page: 12

Leocadio Ernesto Peña ViloriaMuy agradecido, por darme la oportunidad de compartir mis escritos. Bueno como ya saben mi nombre es: Leocadio Ernesto Peña Viloria. Con estudios en la Universidad de los Andes, y el Tecnológico de Valera. No culminados, actualmente soy comerciante de Turismo. Tengo un negocio de Artesanía en Valera- Isnotu, donde se encuentra José Gregorio Hernández. Vivo en este Pueblo de tranquilidad y paz.

Me gusta Escribir: Poesía, Cuentos, Revelaciones, Sueños y sobre todo mis escritos del espíritu de Dios. Me gusta, mucho escribir, y leer libros de auto ayuda. Así como libros de los misterios de la vida y Dios, la buena música de los 80, y toda aquella música con letra y mensajes del alma [...]
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pencilplus32.png Escritos compartidos por el autor. Índice de letras publicadas en esta página. Leocadio Ernesto Peña Viloria.

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Obra escrita de Leocadio Ernesto Peña Viloria. Edición autorizada.

La visión de cristo hecho niño

I.
Voy al sueño que el lejano principio de mi madures; toco de magia mi vida. Viajo a una parte del pasado que viví en el descanso de la noche, que de visiones y verdades me rodearon.

Recuerdo aquella visión en la noche de mi dormitar, que lentamente me abraso, llevando mi cuerpo, mente y espíritu. A un viejo lugar de mi niñez.

¡Sí! Soñando fui transportado aquel lugar de paz y calidez de casonas viejas, en la cual estaba mi antiguo y acogedor hogar.

De repente me vi en aquel viejo sofá descansado, o tal vez jugando como lo hacía en mi vida de chaval; observando todo lo que había en su alrededor.

Y de repente mirando a la pared vi aquel cristo de madera. Que fijamente observaba. Para mi maravilla comenzó a tener vida.

¡Sí! Sus manos, una a una se fueron desprendiendo del madero, y yo atemorizado de ver aquello tan maravilloso y prodigioso. Me asuste; si sus manos de despegaban de la cruz, y luego sus pies, y bajaba de ella.

Y yo lo miraba fijamente muy angustiado por lo que estaba viendo. Él se acercaba a mí, poco a poco, convirtiéndose en niño y corría alrededor del mueble yo me fui sosegando lentamente. Y mi susto se iba.

Para mi sorpresa el me tomo por los pies y me dijo ¡calma leo! Que solo quiero jugar contigo. Mi mente y espíritu se llenó de paz y amor; y juntos comenzamos a jugar y hablar.

Continua…… II

Categoría: Reflexiones

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Apóyate querido viejo

Hoy sentado en el silencio de mi interior eco profundo de mí nacer; que refleja en mis pensamientos a mi viejo y cansado padre. ¡Sí! mi linaje de mi linaje.

Mirándolo y mirándome me lleno de sentimientos profundos… que invaden mi vivir en su vida. ¡Hay mi querido viejo!... Padre, amigo regalo de mi Dios, ha este piquito de su ser.

Cuantas veces me detengo en mi cavilar; que irradia mi niñez, mis recuerdos sus memorias en nuestras vidas.

Si viejo, mirando al cielo veo tu rostro gentil y soñador. Llevando mí vivir por el sendero de la verdad del existir.

Ahora el tiempo pasa sin parar… sin piedad y tu vida con tu rostro angelical; se llena de años y huellas que desgastan nuestras vivencias, esperanzas del soñar y existir.

Hay mi padre, mi pensamiento eres tú, mi vida mi soñar que con los años se me escapa. ¿Porque mi Dios? Se nos va lo bueno de la vida. Mi pequeño pedacito de Dios.

Ahora yo te pido mi señor, que le alargues y alegres los años en su marchar. Que borre de su rostro y corazón las huellas del envejecer de la vida.

¡Aquí estoy papa! Apóyate, mi viejo en mi mano que es tu mano, mi vida que es la tuya. Te quiero, y siempre te necesitaré.

Tu mi ideal mi viejo… Has sido muy bueno; como no tener cubierto mi alma, mente y pensamiento.

Que son sentimientos inspirados por tu amor y verdad, Tu hijo que te ama… y necesita mucho…

Categoría: Dedicatorias

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Mi media naranja

Que tristeza me invade, cuando miro y siento que el pequeño corazón que late a mi lado se aleja. Y su eco, se vuelve apaciguado y cansado por el luchar del cariño.

O tal vez mi mediana naranja, se ahoga; o su jugo o néctar glorioso se va por el pifiar de mí vivir. Que no ha sabido hechizar y llegar con el poder y magia capaz de un corazón soñador y enamorado.

Como decirle con mi corazón y espíritu, que mi vivir camina alrededor de su magia y hechizo. Ciento que su sonrisa y alegría se apagan y alejan de mí existir.

Mi pequeña compañera, llena de dudas y del querer soñado. Que no he sabido dar. ¡Sí! Que afligida se llena el alma, cuando crecemos por fuera sin saber que a lo lejos Del pasado de joven, se dejan la magia de la vida y el amor.

Colma tu vivir de la juventud soñadora y enamorada. Que tu corazón estalla en el deleite maravillosa del conocer de la magia del cariño.

¡Sí!

Esposa mía, mi amor mi compañera. Como no amar tus ojos grandes corazón tierno y sincero. Mujer de luchares y aguante prodigioso.

Categoría: Reflexiones

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Escritos de Leocadio Ernesto Peña Viloria,2

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